Existen personas que a lo
largo del tiempo nos lastiman, esas personas que día a día dejan de fingir lo
que realmente son y llega un punto en el que no aguantan más y demuestran la
verdadera cara de la moneda. Cuando se llega a descubrir esto el dolor es tan
grande, que llegamos has a desilusionarse
de nosotros mismos y desconfiamos hasta de la sombra que nos acompaña, es tan
cruel reconocerlo y más cuando llegas a sentir un gran aprecio por esa persona,
ese dolor es inmenso, te sientes frágil, con una gran impotencia, flagelado
nuestros corazones se quedan partidos en piezas tan pequeñas que sentimos que
no existirá nada ni nadie que pueda repararlo, pero la realidad es otra y es
tan cierto ese dicho que dice que “Existe un roto para un descosido” que cuando aparece ese roto a cocer esas
piezas pequeñas en tu alma todo vuelve a transformase de una manera en la que
ni tú mismo eres capaz de ver, ese momento en el que no necesitas terapias, ni
tiempos, ni retiros espirituales para encontrarte a ti mismo, simplemente
sucede en el momento adecuado, quizá sea como la recompensa después de haber
luchado contra una batalla corta o larga, dura o blanda pero que termino destruyendo
ese corazón que ahora comienza a sanarse. Y es ahí en donde cierras el libro
anterior para comenzar a escribir una nueva y mejor historia.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario